ABRIL 2024


Sobre la amistad                                 

Anna Maria Ollé
Miembro de la Colegiata Ntra. Sra. del Cielo

                                

Me invitaron a participar y conversar en un Encuentro amical de un grupo de hombres y mujeres en edad madura que, pasando todos de los 60, de niños o de jovencitos habían estudiado juntos en la escuela básica, emprendiendo luego diferentes caminos. 

Sorprendió que iniciara la charla con ‘mi credo’, Apuesto por la amistad y exclamo esperanzada que ella puede salvarnos, puede ser el camino para una transformación en nosotros y en este mundo. Sí, creo firmemente que la amistad es soporte para construir la paz y la concordia que tanto todos y todas anhelamos.  Y lo percibo así pues constato que, si somos amigos es más fácil encontrar maneras creativas para resolver conflictos, superar diferencias o dificultades, organizarnos para construir algo diferente… Mejorar, renovar, cuidar, respetar nuestro entorno, su gente y el mundo que nos rodea. 

Diría que, en la medida que vamos teniendo experiencias de amistad verdadera, nos vamos esponjando, humanizando y creciendo en lo que somos, puesto que los amigos nos acercan a la esencia de nuestro ser, que es Ser con los demás. 

Decía Aristóteles que la amistad “es lo más necesario de la vida. Sin amigos, nadie querría vivir. Cuando los hombres son amigos, no hay ninguna necesidad de invocar la justicia pues está entre ellos, pero aun siendo justos necesitamos de la amistad. Y es que la amistad no es sólo algo necesario, sino también algo hermoso” (cfr. Ética a Nicómaco, VIII). 

Una autentica amistad exige querer el bien del otro, apreciarlo por lo que es y desear que sea feliz, que se realice plenamente.  No habrá verdadera amistad si se construye esta relación desde el interés personal, la utilidad o el beneficio.  Quizás por eso fracasan algunas relaciones matrimoniales y entre amigos. 

La amistad verdadera jamás trata de atarte, ni poseerte, ni te esclaviza o chantajea; más bien, apoya tus decisiones, desea la felicidad del amigo: su alegría es mi alegría y viceversa. 

Un amigo también es capaz de darte “jalones de orejas” cuando lo necesitas. Va al grano para llamar tu atención si percibe, por ejemplo, que estás descuidando la salud o cometiendo un grave error.  

El perdón es imprescindible para mejorar cualquier tipo de relación; también en la amistad. Cuando se presenta un daño, un error o equivocación entre amigos, buscamos entender la falta y perdonar, siempre que haya un deseo de rectificación o un esfuerzo de mejora. 

Me agradan y me identifico con las palabras de Laín Entralgo cuando expresa que, “La amistad es una comunicación amorosa entre dos personas, para el mutuo bien de ellas, y a través de modos singulares y diferentes de ser persona, se realiza y perfecciona la humanidad” (Sobre la amistad, Madrid, 1972).  ¡Qué hermoso!  Entiendo que consiste en un ir a fondo, al centro, a la esencia del ser del otro. Además de apreciarlo en lo que es, respetarlo con sus límites, defectos y cualidades pues no somos perfectos.  Y aunque los años vayan pasando y cambiamos el temperamento, los gustos, las preferencias, el pelo, la piel o la silueta; la amistad puede permanecer y crecer con el tiempo. Se va forjando, cultivando con esfuerzo, trato y delicadeza. 

Queda evidente que una amistad sincera es reciproca, se corresponde, no puede ser unidireccional. Sin embargo, la amistad no es simétrica ya que cada cual da desde lo que es y valora al otro en lo que es. Tenemos estilos diferentes en el ser, hacer, pensar, vivir…  Puedes pensar de un modo y el amigo, de otro; puedes apoyar a un equipo y él al rival; puedes ser servicial y él más flojo… Si la amistad es verdadera, esto son nimiedades. 

La amistad profunda se fundamenta en el amor desinteresado y el aprecio. Esto significa no comprometer al amigo, ni perjudicarlo con chismes o intimidades.  Y añadiría, el engaño, la ironía, la burla o el sarcasmo no son aliadas de una verdadera amistad, más bien la hieren a muerte. 

Otros aspectos importantes en la amistad es que haya conocimiento de este cariño mutuo, que se pueda expresar, intuir, entrever, saborear con palabras, gestos, silencios, presencias auténticas en horas tristes o alegres. 

Vivir una autentica amistad exige amar y dejarse amar. Como en la mayoría de las relaciones, es igual de importante, dar como el recibir.  Que no hay desequilibrio ni falsa humildad; ser capaces de reconocernos limitados, vulnerables, necesitados y deseosos de expresar el afecto de mil maneras.  Dar y recibir, sin exigirlo, ni mandarlo. El amigo pide, propone, solicita, no impone. No hay coacción, ni dependencia, no hay obligación.  Entre amigos se acoge, se da, se comparte y no sólo las cosas materiales. 

Antoine de Saint-Exupéry en su obra El Principito, describió magistralmente el modo cómo expresar y comportarse para que surja la amistad.  Es la escena en que el zorro explica al Principito cómo llegar a ser su amigo y le dice: “paciencia, discreción, prudencia y tiempo para saber esperar al amigo, es todo cuanto necesitamos aprender para que surja la amistad". 


Ya que estamos hablando de amistad verdadera, es importante que reconozcamos que no estamos solos. Existe un amigo veraz, auténtico, discreto, abierto a recibirnos en relación profunda de amistad. Nunca falla, y en él siempre podemos confiar; sí, me refiero a Jesús: el Maestro, el amigo fiel de los que quieran acercarse a él. 

Jesucristo trató como “amigo” a Lázaro, a sus discípulos y discípulas; incluso a publicanos y pecadores… Sus palabras nos lo recuerdan, “nadie tiene un amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos (...) No os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos” (Jn. 15, 13-15). 

Jesús es el amigo paciente, fiel. Está presente en nuestra existencia, basta que nos acerquemos a él, lo escuchemos, apreciemos su cercanía; y le llamemos: ‘Jesús, amigo, en ti confío’. 

Hemos recorrido un camino para profundizar sobre la auténtica amistad que, surge de un deseo, un tiempo, un don, una dedicación; y que se vive desde el ofrecimiento y la reciprocidad. Estos elementos, como roca firme, son para que la amistad persevere a través de pruebas y adversidades. 

¡Qué gozo compartir con amigos, la vida de cada día!

  

Celebrando el XXX Aniversario de Colegialidad

Enlace al video

La Colegiata Nuestra Señora del Cielo celebra 30 años de compromiso teológico y espiritual. Lo que comenzó como una semilla en el desierto de Sonora, al norte de México, ha florecido en un árbol cuyas ramas se extienden más allá de las fronteras de su lugar de origen.

A lo largo de los años, desde su fundación el 10 de abril de 1994, un día simbólico que coincide con el segundo domingo de Pascua, en la ciudad de Hermosillo, un grupo visionario de mujeres mexicanas lideradas por el inspirador P. Alfredo Rubio de Castarlenas, han crecido y evolucionado, atrayendo a mujeres comprometidas de diversos países y culturas como República Dominicana, Guatemala, Chile, Colombia, Portugal y España, que desean contribuir desde su experiencia y perspectiva.

La esencia de la Colegiata se refleja en mujeres como Dolores González de Quesada (1903-1989), cuya vida fue un testimonio vivo del espíritu que anima a esta comunidad. Con una fe intrépida y valiente, Dolores integró armónicamente los momentos de soledad y silencio, la creación de espacios de convivencia y amistad, y su dedicación al servicio de quienes la rodeaban. Su vida fue un faro de inspiración y un modelo a seguir para todas las mujeres que forman parte de esta comunidad.

La Colegiata también ha dejado una marca indeleble en el ámbito teológico más allá de sus fronteras. A través de encuentros de reflexión teológica en diferentes partes de Iberoamérica, ha compartido su sabiduría, aprendido de otras perspectivas y fortalecido los lazos de solidaridad entre mujeres teólogas.

En este momento de celebración, miramos hacia atrás con gratitud por el camino recorrido y hacia adelante con esperanza y determinación. Que la Colegiata Nuestra Señora del Cielo continúe siendo un refugio espiritual y faro de luz, para todas las mujeres que buscan hacer oír su voz en el ámbito teológico. Que siga siendo un lugar donde las raíces se fortalezcan y las ramas se extiendan aún más, llevando el mensaje de amor, justicia y esperanza a todos los rincones del mundo. ¡Feliz 30 aniversario, Colegiata Nuestra Señora del Cielo!


Meditación






MARZO 2024

Cultivar la vocación, embellecer el alma


Resumen de una charla de Inmaculada Corona, redactado por Milagros Bolaño
Miembros de la Colegiata Ntra. Sra. del Cielo
Cádiz

Desde la concepción de que el lenguaje de Dios es la belleza, comenzamos a poner a punto los edificios de la Murtra. Mantener y seguir embelleciendo es un trabajo arduo, a veces doloroso y muchas veces ingrato. Con esto quiero decir que desarrollar la vocación de cada una requiere realizar actos no tan agradables como pensamos, pero que son parte importante de ese gran proyecto al que Dios nos ha llamado a realizar. Así como los edificios, las plantas y la cocina necesitan mantenimiento constante, las personas también lo necesitamos. No es suficiente decir un día "¡Ah, ¡qué bien, esta es mi vocación!", y luego con el paso del tiempo perder el entusiasmo y que todo se desvanezca. Esto requiere un cuidado constante, es una apuesta diaria por abrazar el desarrollo de nuestra vocación y, por lo tanto, de nuestro ser. 

En el retiro que ofrecemos en Murtra Galilea orientado por Sara Canca, he participado acompañando meditaciones, antes de ir a descansar en la noche. Nunca había guiado una, pues el encuentro con Dios siempre lo hemos realizado muy libremente, en brazos de lo que Dios Padre fuera indicando, sin emplear algún tipo de metodología, así es que en Murtra Galilea siempre hemos realizado ese estar con Dios Padre, sin embargo, hacía falta hacerlo en estos retiros y me puse en ello encomendándome al Espíritu Santo. 

Retiro Murtra Galilea - Imagen Mila Bolaño 

Cuando las personas llegan a Murtra Galilea, vienen en busca de una conexión espiritual, una experiencia de paz y calma. En mi opinión, están en busca de un encuentro con un ser superior, una conexión con la energía y la naturaleza. Durante las sesiones de meditación, utilizo este lenguaje para ayudarles a encontrarse a sí mismos y alcanzar esa paz interior tan anhelada. Es esencial que desconecten de las preocupaciones externas y se centren en su propio ser. No busco que entren en sí mismos, sino más bien que se conecten con su realidad presente. En este proceso, trabajo intensamente el perdón, pero no un perdón superficial, sino uno que libere la mochila pesada del rencor instalado en sus corazones. 

Hablamos que la persona es cuerpo, mente y espíritu, aquí sí que busco llegar a su interioridad, intento que los participantes se conecten consigo mismos utilizando la metáfora del "pozo interior". Durante la meditación, se les dice que en esos pozos hay "vasos comunicantes" que les permiten vibrar en la misma frecuencia y encontrar una conexión espiritual con la Divinidad o con la espiritualidad que se identifiquen. Al final de la sesión, los participantes expresan su satisfacción y mencionan haber experimentado cosas maravillosas, esto sugiere que la experiencia fue profundamente enriquecedora para ellos. 

Durante la meditación, utilizo varias veces una frase que me ayuda a centrarme cuando estoy en Cartuja alta y es “qué bien se está aquí”, cuando la mente empieza a pensar en cosas que no debes y te distraes; esto hace que se cree un clima de bienestar en las personas, dicho por ellas mismas.

La meditación se hace en el oratorio y el ambiente ayuda mucho. Una chica se grabó esta frase en su mente y me ha escrito que le da sensación de bienestar, calma y paz interior. Cada vez que está baja de ánimo cierra los ojos y repite la frase “Qué bien se está aquí”, en silencio, en voz baja o a pleno pulmón, le trae recuerdos que se traducen en una sonrisa. ¡Qué cosa tan bonita!

También quiero compartir cómo las meditaciones han contribuido en que las personas encuentren su vocación, y es verdad que cuando se hace introspección, te miras pausadamente sin prisa y puedes entrever tu vocación, pero si vas por la vida agitada lógicamente es complicado; estar en estado de calma para tomar decisiones sanas. Meditar y hacer un análisis de tu propósito de vida te posibilita encontrar tu vocación.

Para acompañar a otras personas a que descubran su vocación, creo que es fundamental que nosotras abracemos la nuestra. Es imprescindible revisar nuestra realidad a partir del encuentro con Dios padre en soledad y silencio. Además, sentirnos acompañadas de Jesús en nuestra convivencia familiar y contrastar lo experimentado en soledad y silencio con nuestros hermanos, eso creo que es imprescindible para que podamos llevar la vida que llevamos en Murtra Galilea, de lo contrario, este tipo de actividades no funcionan.

Para nosotras son muy importantes estos retiros, les hablamos desde la fe y desde la experiencia que tenemos de un Dios amoroso y cercano.

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Encuentro Colegiata Nuestra Señora del Cielo 

Septiembre 2023

 

Ser cuidadas y cuidar nuestra vulnerabilidad y descalcez como mujeres colegiadas. Compartimos en esta entrega el material audiovisual del 6° y último día del encuentro.



Videos 






 

Documentos




FEBRERO 2024

 

Te propongo vida


Sara Canca Repiso
Psicóloga
Miembro de la Colegiata Ntra. Sra. del Cielo

Cerdeña, Okinawa o Icaria, además de ser islas, poseen algo más en común: se trata de lugares donde hay mayor esperanza de vida, existiendo un alto porcentaje de personas centenarias. ¿Qué factores propiciarán esta longevidad? Si bien es difícil encontrar un patrón definido, se podría tratar de desarrollar buenos hábitos como una alimentación saludable, ejercicio físico o una alta calidad de vida.

Okinawa, al sur de Japón, se encuentra dentro de las llamadas ‘zonas azules’ por el periodista de National Geografic Jan Buettner, como aquellas partes del mundo donde se vive más y mejor, superando los 100 años. La vida de sus habitantes tiene un propósito y, además, no se sienten solos. Sienten la conexión con el resto de los contemporáneos. Además, sienten que pertenecen a una red social comprometida, como pueden ser los moais en Japón, y se aseguran que, en tiempos difíciles, habrá alguien en quien apoyarse y disfrutar de esa ayuda mutua.

Encontrar tu ikigai, tu razón de ser y la razón por la que levantarte cada mañana, es clave para sentirte útil y dejar atrás una vida llena de sedentarismo o depresión. En definitiva, se trata de, parafraseando a Confucio, elegir un trabajo que te guste y así, no tener que trabajar ni un día de tu vida. Aunque, con matices, nos habla de los beneficios de la realización personal en aquello que haces y eres.

El ikigai se basa en 4 bloques que aúnan tu pasión, tu vocación, tu profesión y tu misión en la vida. Cuando conectas lo que amas de verdad y lo que realmente se te da bien, encuentras tu pasión; cuando unes lo que realmente se te da bien con aquello por lo que te pagarían, se desarrolla la profesión; si relacionas aquello por lo que podrían pagarte con lo que, bajo tu punto de vista, necesita el mundo, llega tu vocación; y si enlazas lo que el mundo necesita con lo que amas de verdad, despliegas tu misión. Lo que te mueve, lo que te apasiona, lo que crea el equilibrio entre el tiempo dedicado y el bienestar: esto es tu ikigai, que va más allá de la felicidad.

Para saber encajar las piezas de nuestro ikigai, para encontrar nuestra razón de ser y vivir en función de lo que consideremos nuestro objetivo vital, necesitaremos tener claro y descubrir estos cuatro pilares. Hacer un ejercicio de introspección, buscar el punto en el que confluyen todos los bloques, es el camino para encontrar tu propósito de vida, con plena conciencia y satisfacción.


Imagen Sara Canca


Lo que amas de verdad, las cosas que de verdad te encanta hacer: leer, viajar, escuchar música, disfrutar de la naturaleza. El segundo pilar engloba aquello que se te da realmente bien, como puede ser mediar en un conflicto u organizar actividades. El tercero comprende lo que sabes hacer y crees que podrían pagarte por ello: por los idiomas que manejas, o tus conocimientos de electrónica. Y el cuarto pilar abarca lo que puedes aportar al mundo para que sea mejor: cuido de la naturaleza o de los animales, acompañamiento de personas mayores o compromiso por la igualdad.

Es común que alguno de estos cuatro pilares no se alcance y, consecuentemente, entre en peligro la estabilidad y completitud. Si te faltara amor por lo que haces, trabajarías en algo que se te da bien, tendrías dinero y sentirías que ayudas al mundo, pero no soportarías el aburrimiento que obtienes. O si realizas algo que, definitivamente, no se te diera bien, te sentirías impostor.

En nuestra cultura occidental, es común que lleguen las crisis de identidad en momentos cruciales de nuestra vida, como la jubilación o cualquier otro cambio de etapa. Esta crisis se acrecienta cuando nos basamos en lo que hacemos y no en lo que somos. Nos definimos por el trabajo, por el rol de madre, de padre, de pareja. En definitiva, por algo que hacemos. ¿Y si esa situación deja de estar en nuestras vidas? Entramos en crisis, ya no sabemos quiénes somos. Si me jubilo, habiendo trabajado gran parte de mi vida en la empresa, entro en crisis: ya no sé quién soy. O si soy una madre o padre y mis hijos se van a estudiar o trabajar fuera, no sé quién soy. Si soy un estudiante que finalmente se gradúa y que comienza mi etapa laboral, no sé qué hacer ni quién soy en esta nueva faceta. Si mi pareja, que me conoce y sabe agradarme, ya no está: no sé quién soy.

Hemos de ser conscientes de quiénes somos más allá de lo que hacemos.

Porque, de lo contrario, empezará a destruirse la calidad de nuestras vidas, afectando a las relaciones, al pensar que la gente nos percibe de la misma manera que nosotros nos estamos viendo: por lo que hacemos.

Yo soy psicóloga, soy informática. Pero eso no define quien soy yo. Mi valor intrínseco es completamente distinto a lo que yo hago.

¿De qué estás hecho? ¿Cuál es tu valor intrínseco? Valores fundamentales que te mueven a hacer aquello que haces, porque lo que hacemos no es lo que somos.

Y así, al descubrir nuestro Ikigai, nuestra razón de vivir o de ser, una razón por la que levantarse cada mañana, nos permitirá ser plenamente. 

Texto extraído del Ambito de investigación y difusión Maria del Corral - Diciembre 2023


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Encuentro Colegiata Nuestra Señora del Cielo 

Septiembre 2023

 

Compartimos en esta entrega el enlace al material audiovisual y los temas tratados en el 5° día del encuentro


Videos  



Pedagogía del cuido

Cuido de nuestra salud

Documentos


ENERO 2024

 

Para digerir la actualidad


Leticia Soberón Mainero
Experta en Inteligencia Colaborativa
Miembro de la Colegiata Ntra. Sra. del Cielo


Creo que cualquiera que esté al tanto de las noticias estará teniendo dificultades para mantenerse informado sin sucumbir a la desazón y la desesperanza. Si bien vivimos desde hace lustros en un mundo acelerado. en mis ya largos años -nací 12 años después de finalizar la Segunda Guerra Mundial-, no recuerdo una situación tan compleja y enrevesada como esta al menos en eso que llamamos “Occidente”. Habíamos vivido una isla de paz, relativa estabilidad y un clima de esperanza. En este momento muchas certezas están en entredicho y parece todo más difícil que antes. ¿Cómo digerir, y más aún, participar constructivamente en una historia tan compleja como la que nos toca vivir?

Lo primero que estoy haciendo es diversificar las fuentes de información para no quedarme en el mismo clúster confortable que me confirma en mis ideas, pero reduzco la cantidad que consumo para no sobrecargarme.



La segunda es arraigarme en la vida cotidiana: lo inmediato, la naturaleza a mi alcance, las personas que me rodean y a las que amo. Compartir con ellas tiempo de calidad porque, al fin y al cabo, ellas “son la vida”. La tercera y clave de todo: orar más. Permitir de manera más consciente que Dios ilumine y transforme mi vida para ser agente de paz. Ir al fondo de ese “pozo interior” donde Dios habita y donde las mareas se aplacan. Pozo que comparto con todo ser humano, pues el agua de Dios es la misma en todos. Es donde nos unimos en comunión con toda la humanidad. Allí reposar y abandonarme en el Amor. Allí todo se aquieta y vuelve a tener sentido. Llámesele respiración, meditación, mindfulness. Pero paremos y retomemos la vivencia de unidad para poder ser pacificadores en este momento clave.

Artículo extraído de Cataluña Cristiana 2022


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Encuentro Colegiata Nuestra Señora del Cielo 2023

 

Compartimos en esta entrega el enlace al material audiovisual y los temas tratados en el 4° día del encuentro


Cuidar la convivencia intercultural e intereligiosa
 

Convivencia intercultural e interreligiosa

Ponencia a cargo de Inma Calderón

Licenciada en teología y lenguas - Escritora.

Esta ponencia trata sobre la interconexión de la antropología, la teología y la ética del cuidado. Realiza un análisis crítico desde las nociones populares de autocuidado que se centran únicamente en el bienestar físico y destaca la importancia de abordar la desconexión social.

Se ofrece una perspectiva alternativa de la ética basada en las tres dimensiones de la existencia humana según la antropología bíblica: bashar (encarnación), nefes (aliento) y ruah (espíritu). Estas dimensiones se explorarán más a fondo para comprender su integración en el ser, la comunidad, la atención a los demás, la interdependencia y la cooperación mutua es decir la corresponsabilidad social que complementa a la ética de la justicia.

La ética del cuidado debe progresar desde la orientación egocéntrica de supervivencia, hasta la moral posconvencional. Equilibrando el cuidado personal con el cuidado de los demás y el entorno. Jugando un papel importante en la toma de decisiones éticas, la cultura del ocio, la gestión de las emociones y la empatía. 


Meditación 

DICIEMBRE 2023

 

Vivir la fe desde el ser mujer


Cori de Dalmau 

Mataró - Cataluña, España 
Miembro Colegiata Ntra. Sra. del Cielo

Dicen que los hindúes más antiguos hacían las imágenes de sus dioses sólo en barro, nunca en piedra o mármol. En Bombay, cada año, después de rendir culto a imágenes de barro, las sumergen en el mar y allí se hunden, se disuelven y desaparecen. La teología del barro es bella y profundaUna sola imagen, por bella que sea, no capta la infinitud de Dios. El barro dura poco, y la imagen debe cambiarse al cabo de algún tiempo, dejar que se disuelva y dé lugar a otra imagen, a otro rostro de la divinidad que nunca agotaremos con nuestros diseños. Avanzar en el conocimiento de Dios es estar dispuestos a llevar cada año al mar la imagen anterior, es dejarle a Dios que cambie, que nos lleve cada vez a una nueva visión y un nuevo amor. 

Cuando miro atrás veo que la fe se interioriza lentamente, que es una opción que hay que ir renovando, que es un camino de abandono, de un estado de dependencia para acceder al estado de libertad interior. Me doy cuenta de que la fe que recibí de mis padres, mi imagen de Dios y mi relación con Dios, no es estática, es dinámica, ha ido cambiando a lo largo de mi vida. 

Al reflexionar sobre mi vivencia de fe desde el ser mujer, me doy cuenta de que, a través del hecho de ser mujer, y también en mi caso, esposa y madre, Dios me ha ido llevando, iluminando y conduciendo, en el camino de la fe. Que ser esposa y madre ha sido también preparación para que más tarde Dios se manifestara en mi vida. 

En el ser esposa, fruto de la relación, del compartir y de la estima, el amor se ha transformado en vida y la vida se ha llenado de amor.

Ser madre es la primera relación que se establece de forma única y con otro ser y que está dentro de ti. Al ser madre, algo se rompió en mí, hay una ruptura del ego, un descentramiento, una disponibilidad, una apertura hacia un nuevo amor a los hijos, que me dilata más allá de mí misma. Con la maternidad, doy a luz, doy la vida por el otro y dejo que el amor de Dios se vaya manifestando a través de mi ser, que se vaya desplegando mi capacidad de amar de manera gratuita. 

Pero en un momento determinado, de mi vida, siento que, de vivir una vida desplegada hacia afuera, de acción y construcción, profesional y familiar, dedicada a educar a los hijos con valores, acompañarlos, siento un deseo y sed de lo trascendente. Mi vida interior comienza a adquirir más profundidad y protagonismo. Las creencias ya no tienen sentido por ellas, sino que necesito buscar el sentido, reevaluar el estilo de vida y ser coherente. Tengo deseo de Dios y necesidad de sentido y esto da lugar a un proceso nuevo de búsqueda, de vivir la fe, a un nuevo camino. Me vuelvo a preguntar: ¿Quién soy yo?. 

Me doy cuenta de que Dios siempre ha estado presente en mi vida, aunque yo a veces no haya sido consciente, pero es en este momento en el que lo busco, en el que tengo deseo de Dios, en el que me doy cuenta de su presencia, cuando hago experiencia. Y así empiezo a vivir la fe entendida como una confianza con Aquel que me sostiene, a vivir una experiencia de Dios que es fuente de Amor y de Vida. 

Inicio un proceso de camino espiritual, primero de encuentro con Dios, de dejarme amar por Dios, de dejarme abrazar por Dios, pero para ello tengo que acercarme, y para acercarme debo cortar hilos, a veces incluso cadenas que me impiden hacerlo. 

Empiezo un trabajo personal de conocimiento de mis limitaciones, mis miedos, mis sombras para poderlas luego aceptar, amar, reconciliar y transformar. Siento en este trabajo de desierto y de aceptación de mí ser, la misericordia de Dios Padre, su amor incondicional, me siento amada por Dios a pesar de mis limitaciones. Y no me siento sólo perdonada y amada sino también llamada e invitada a vivir una vida nueva con Jesús, a trabajar y caminar con El.


Esta llamada me lleva al conocimiento más profundo, más interno de Jesús para amarlo más y seguirlo, para vivir más evangélicamente. Me lleva a la confianza en Dios, a vivir desde el agradecimiento, y el compromiso.

Imagen Pixabay de Kaloyan Gichev 


Compromiso, porque con la misma fuerza que Dios nos lleva hacia dentro, nos despliega hacia fuera, con un mayor sentido de los otros, con una mayor disponibilidad a servir. Una expansión interior que me vuelve al encuentro con las personas.

Compromiso que me va llevando a que este amor de Dios se manifieste a través de mí ser, que vaya desplegando mi capacidad de amar. Este amor ya no puede estar limitado, debe llegar a todos. La familia ha sido campo de entrenamiento para llegar a la gran familia.

En mi acercamiento a Dios, la relación se ha ido volviendo más sencilla, más transparente, con menos ruido interior, menos palabra, más simple, más contemplativa, de confianza, y de irme dejando transformar. 

En mi acercamiento a los otros tengo el deseo e intento vivir este despliegue desde una nueva apertura a la realidad y a la vida, y como mujer, contemplando y tomando a María como modelo. 

María, me invita a conocer y practicar sus valores y a inspirarme con sus actitudes:

  • De disponibilidad, entrega, confianza y aceptación de Dios en la incertidumbre. De disposición a acoger la maternidad.
  • De dar luz a Jesús, dar luz a la luz. Para que cada uno de nosotros engendremos al Jesús que llevamos dentro, invitación que Dios también nos hace a todos nosotros.
  • De desprendimiento, cuando Jesús a los doce años se separa de sus padres para aparecer al cabo de tres días sentado en medio de los doctores.
  • De presencia, estar siempre. María aparece al principio y al final, en la boda de Caná y al pie de la cruz.
  • De guardar y meditar en su corazón todo lo que escuchaba y sentía, y así la palabra daba fruto en su vida y de aceptar silenciosamente situaciones que no comprendía.
  • De servicio, estar atenta a las necesidades del ambiente que la rodeaba en cualquier campo de la vida. De crear a su alrededor un oasis de paz, de unión, de amor gratuito.
  • De permanecer silenciosa junto a la cruz, con el dolor de madre.
  • De ejercer otra maternidad en la comunidad, de ser madre de otro modo, en una relación nueva.
  • En definitiva, vivir la fe desde la disponibilidad de dejarse transformar una y otra vez por la llamada de Dios, desde abrirse a ese Amor que dilata nuestra existencia más allá de nosotros mismos, desde este Amor que da sentido a todo.

 

Texto extraído de: Pliego Tante Bigourdan 

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Encuentro Colegiata Nuestra Señora del Cielo 2023

 

Compartimos en esta entrega el enlace al material audiovisual y los temas tratados en el tercer día del encuentro


Cuido de la casa común 


Enlace a la 3ra Sesión


Meditación 


Imagen Colegiata Nuestra Señora del Cielo


NOVIEMBRE 2023


Confianza que nos lleva al amor


María de Jesús Chávez-Camacho Pedraza
Pineda de Mar (Barcelona)
Miembro de la Colegiata Ntra. Sra. del Cielo


"La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al Amor". Con estas palabras, comienza el Papa Francisco, su Exhortación apostólica sobre la confianza en el amor misericordioso de Dios con motivo del 150.º aniversario del nacimiento de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz.

Un texto, que nos lleva poco a poco de la mano para ahondar en la espiritualidad de esta gran mujer, que murió en el carmelo francés de Lisieux, a la edad de 24 años. Sí, porque se puede llevar a completud una vida a los 90, a los 60… y también teniendo 24 como ella, cuando la vida es “vivir de amor”, como se intitula uno de sus bellos poemas.

La Exhortación tiene fecha del 15 de octubre de este año, fiesta de Santa Teresa de Jesús, queriendo presentar, a Teresita, dice el Papa Francisco, “como fruto maduro de la reforma del Carmelo y de la espiritualidad de la gran santa española” (p. 4).

Y ¿qué sentido puede tener para nosotros leer este profundo texto en pleno sínodo “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión?  Además, en fecha cercana a la jornada mundial por la evangelización de los pueblos (domingo 22 de octubre 2023); siendo ella junto con Francisco Xavier patronos de las Obras Misionales Pontificias.


Creo de corazón que Teresita, su vida y sus escritos, pueden decirnos algo en este siglo XXI y en lo que estamos viviendo hoy en la Iglesia y en el mundo.  Pero para descubrirlo hay que acercarse a ella y sentarse a su lado como amiga, para que así nos comparta sus tesoros. Pienso que es lo que el Papa Francisco ha hecho y por eso la hermosura y la hondura de este texto.

Teresita, habiendo estado inmersa, en su época, en una espiritualidad de “méritos” la confianza en Jesús le hace decir: “En la tarde de esta vida, compareceré delante de ti con las manos vacías”. [i] Porque como dice ella: “Sigo teniendo la misma confianza audaz de llegar a ser una gran santa, pues no me apoyo en mis méritos – que no tengo ninguno – sino en Aquel que es la Virtud y la Santidad mismas…”  [ii]

“Para Teresita, de hecho, dice la Exhortación, Dios brilla ante todo a través de su misericordia, clave de comprensión de cualquier otra cosa que se diga de Él. (…) Ese es uno de los descubrimientos más importantes de Teresita, una de las mayores contribuciones que ha ofrecido a todo el Pueblo de Dios. De modo extraordinario penetró en las profundidades de la misericordia divina y de allí sacó la luz de su esperanza ilimitada” (Nº 27).
“¡Mi vocación es el amor!” dirá ella. “En el corazón de la Iglesia mi Madre yo seré el amor… Así lo seré todo…”[iii] 


Imagen Maye Rodelo


Vivimos tiempos difíciles, conflictos de los que mucho se habla y otros tantos conflictos de los que no se habla y por tanto están ahí… La Exhortación nos recuerda algo que sabemos pero que necesitamos volver y volver escuchar… “El pecado del mundo es inmenso, pero no es infinito. En cambio, el amor misericordioso del Redentor, este sí es infinito. Teresita es testigo de la victoria definitiva de Jesús sobre las fuerzas del mal a través de la pasión, muerte y resurrección” (Nº 29).
Que Teresita, maestra en el “caminito” nos lleve a vivir la audacia del amor confiado y la esperanza contra toda esperanza.



[i] Acto de ofrenda al amor misericordioso, 9 junio 1895, p.758

[ii] Ms A, 32rº, p. 139

[iii] Ms B, 3vº, p. 261

Obras Completas, Monte Carmelo, Burgos 2006



Encuentro Colegiata Nuestra Señora del Cielo 2023

 

Compartimos en esta entrega el  material audiovisual y los temas tratados en el segundo día del encuentro


Cuidar el lenguaje y las emociones