OTRA MANERA DE ENFRENTAR EL DUELO
Hemos vivido en estos
meses muchos duelos, entre ellos la pérdida de la autonomía, de la libertad; el
miedo a la pérdida económica, la salud, la seguridad y pérdidas de personas por
enfermedad.
Nos hemos preguntado ¿Por qué me ocurre a mí?, ¿Por qué Dios ha hecho o permitido esto?, ¿Para qué sirve tanto esfuerzo?, ¿Por qué hay gente tan mala?, ¿Qué sentido tiene todo ahora?, ¿Por qué me ha fallado mi Dios?, ¿Quién me asegura que podemos volver a la normalidad?
Todas estas preguntas son las normales en un duelo, pero todas llevan un mensaje de desesperanza, un mensaje de pérdida de la espiritualidad que debemos retomar y tratar de formular de una manera más responsable, para encontrar el sentido de la vida.
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- Experimentar y saber identificar las experiencias de asombro, misterio y aprender de ellas para, en un momento dado aplicarlas nuevamente.
- Cuestionar siempre el significado y sentido de las cosas vividas, dando respuesta a mis preguntas.
- Obtener un autoconocimiento que sea positivo y dinámico, utilizar mis sentimientos y emociones en aras de un crecimiento personal.
- Promover lo aprendido en mí y en mi comunidad para alcanzar una mayor autotrascendencia.
- Explorar nuestros puntos de empatía con los otros, siendo corresponsables ante el cuidado de los seres queridos que están en mi entorno, mi medio natural, promoviendo la contemplación y el silencio que nos permitan la búsqueda de sentido.
- Desarrollar mi comunicación sin juicios, para apoyar a los vulnerables cooperando en el cambio de actitudes y ambientes en los que nos encontramos inmersos.
- Fomentar la comunicación a través del el arte, la música, la escritura donde mi espíritu pueda crear nuevas opciones de crecimiento.
- Capacitarnos para identificar, explorar los valores descubiertos y ayudar a los demás.
- Conocernos y valorar las respuestas, interpretaciones y experiencias que han influido en mí, en mi historia y en mi contexto.
- Tomar de manera consiente una opción de vida, aprendiendo de los errores, aprovechando los aciertos y promoviendo el dialogo en un entorno cercano y, por qué no, lejano.
- Aprender a perdonar y perdonarnos por lo que no hemos hecho, por lo que dejamos de hacer, por darle prioridad al tener en vez del ser espiritual.
Es muy importante analizar nuestras pérdidas y lo que hemos aprendido de ellas. En muchos de los análisis realizados la responsabilidad es de los otros, cónyuge, hijos, familia, amistades, personal sanitario, nunca la responsabilidad es propia. Creemos que solo al final se resuelve toda una historia de vida. El gozo de existir es un ejercicio diario.
Aunque la vida tiene implícita la muerte, debemos
aprender a vivir a pesar del dolor de la pérdida y una manera de
lograrlo es cambiar de actitud para encontrar el sentido de la vida.
Los valores de la persona y el amor son los dirigentes del cambio. Me amo. Y por ello debo enfocar mis fuerzas al crecimiento personal y al apoyo de los demás, y debo darme cuenta que la actitud de cómo vea las cosas depende de mí, no de otros.
Ahí encuentro mi libertad, la responsabilidad y el deseo de amar en plenitud.
Dra. María Bertha Covarrubias Manrique
Médico Geriatra especialista en logoterapia y tanatologíaMiembro de la Colegiata de Ntra. Sra. del Cielo
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