ABRIL 2021

EL RASTRILLO

Hace algunos años, me dispuse a disfrutar de la montaña en una caminata que duró 12 horas. Esta era mi primera experiencia en recorrido largo con un grupo considerablemente grande, conformado por 23 personas.

Debido a un retraso, perdí la inducción, me pidieron realizar una breve presentación, experiencia en recorridos y explicar cómo había llegado al grupo.

Por lo general los equipos senderistas se conforman por mujeres y hombres de todas las edades, procedencias, actividades y creencias. Quienes dedican tiempo a la preservación, estudio y contemplación del medio ambiente. También suelen promover actividades culturales, llevan alimento y vestido a hogares geriátricos y escuelas rurales.

Había escuchado sobre este grupo por una pareja de amigos. Iniciamos nuestra jornada antes del amanecer.  El objetivo del día, era dotar una pequeña escuela con calzado deportivo para sus alumnos.

Una mochila llena de agua, comida, abrigo, un par de obsequios y mi corazón dispuesto a realizar deporte e ir cuesta arriba para colaborar con la dotación escolar, eran mi estímulo. Comenzamos la travesía, el grupo iba al mismo ritmo, posteriormente nos distanciamos considerablemente.

Mi sorpresa fue escuchar a lo lejos voces que decían: ¡No te preocupes, quedas con el rastrillo!

¡Caramba!, pensaba…quedo con un objeto de jardinería que sirve para limpiar la hierba y remover la tierra, una serie de preguntas me rondaron. Con paciencia seguí caminando, reconozco que alcancé a sentir miedo.

Finalmente, la experiencia resultó extraordinaria. Conocí personas en una condición similar a la propia, entendí el servicio que presta el rastrillo, conformado por un asa de enorme solidaridad, transportó mi mochila durante un par de tramos complejos, con dientes revestidos de buen humor y motivación en momentos de malgenio, crisis y desánimo ante terreno pantanoso y resbaloso. Escuchaba y pacientemente guardaba silencio ante las quejas de los últimos en la fila por obstáculos o desafíos que por inexperiencia o falta de entrenamiento considerábamos difíciles. También controlaba el ritmo de la marcha y equilibradamente propiciaba el descanso y la contemplación del paisaje en puntos estratégicos de la ruta.

Aunque el rastrillo es un ser humano con luces y sombras, es una persona que se dona al servicio de caminantes rezagados. Se convierte en amistad para la vida.

Ese día aprendí que cada travesía cuenta con 2 personas, quienes realizan la planeación y designan funciones, guían al grupo. Una encabeza el recorrido y el rastrillo se responsabiliza de los principiantes, de los desacondicionados y fatigados, desempeñando la virtud de la ultimidad. “Si todos somos últimos, si todos nos desvivimos en servir a todos los demás, entonces se cumple eso de amaos los unos a los otros. Y claro, amarse significa, comporta servirse los unos a los otros. Eso es un Cielo”.[1]

El Primero y el último, el guía y el rastrillo, actúan en comunión.  Acuerdan puntos de espera, encuentro y fiesta.

Los senderistas disfrutan el paisaje en medio del cansancio y la diversidad de riesgos.  Compartí alegría con personas desconocidas e instituciones con bastante necesidad.

Entendí que el agua y la comida son un tesoro por donar y cada quién es responsable del peso de su mochila. Hay quien consume más de las provisiones que lleva y se descompensa. Hasta en ello los guías motivan el milagro colectivo del compartir, la integración, la amistad entre caminantes y la recolección de deshechos.

Con respeto y admiración, recuerdo a mi primer rastrillo, una mujer de 62 años, amaba y se abandonaba en Dios, tenía una humanidad suficientemente entrenada para resistir grandes desafíos. 

Agradezco a Dios, todas las personas que han pasado y seguirán pasando por nuestra vida practicando la virtud de la ultimidad, facilitando la transformación de emociones y sentimientos en momentos de crisis, cuidando amorosamente la tierra donde seguirán germinando semillas de alegría, perseverancia, disciplina, comprensión, buen humor, preservación ambiental, caridad, fe, esperanza, entre muchas otras cualidades y virtudes que han labrado en su vida y esparcido a su paso.

 

Elsa Victoria Lizarazo Díaz

Diseñadora Industrial - Diplomada en Cultura

Miembro de la Colegiata de NSDC

Colombia

 



[1] Libro Homilias Vol I (1985-1995) y Libro de Homilias Vol II del Padre Alfredo Rubio de Castarlenas. Reflexiones basadas en los textos biblicos de Marcos 9, 29-36; Mateo 20, 20-28; Lucas, 9, 46-50


MEDITACION








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