APROXIMÁNDOME AL INDÓMITO SUR
Curioso estar frente a un lugar donde el mar arrasó
con todo, claro, hace doce años. Doce: tres por cuatro; doce: nueve y tres;
doce: siete y cinco. Doce: un perro es anciano, un gato también. Un humano de
doce, todavía es menor, requiere atención, aunque ya es muy autónomo y se cree
adulto (sorry al lector no quiero ofender).
También estos doce años de la Costa del Maule, en
Chile, tienen que ser de cuidado, a la par de la exuberante fuerza de la vida,
todavía hay muros y casas nunca más en pie. Quedaron ahí. Los carteles de
evacuación en caso de tsunami están por todas partes para recordar que el mar
se entra. Pero la normalidad abunda, como siempre, al día siguiente de la
tormenta.
Las gaviotas felices hurguetean las orillas, llenas
de pulgas de mar, machas y tantos moluscos que hacen sus caminos entre las arenas, como
los juncos del humedal de Putú, suaves y fuertes a la vez, en esta porfía que
tiene la vida de salir adelante.
Y así sentados, siempre es frente a algo: mar,
cerro, humedales, ríos, reservas, cielo, pastos… la vista se ensancha y penetra
en el -a veces seco- ojo del visitante, transeúnte que se impregna de luz y
color (qué débiles y pobres son a veces las palabras).
Imagenes Elisabet Juanola |
No es playa, es mar abierto, indómito, fuerte en
sus mareas, trenes de olas de natural tres y cuatro metros promedio, no se
trata de saber nadar, es otra cosa… es supervivencia, pequeñez. Cuidado
humanos, cuando la tierra respira vamos bien, ¡si estornuda es otra cosa!
Elisabet
Juanola
Periodista
Miembro de la Colegiata de Ntra. Sra. del Cielo
Imagenes: Cortesía de Elisabet Juanola
CAMINAR JUNT@S
3. Tomar
la palabra
El tercer
tema que nos propone la Secretaría del Sínodo es "Tomar la palabra".
Nos hace preguntarnos en qué medida en nuestras comunidades, parroquias,
movimientos, podemos expresarnos con libertad, verdad y caridad. Si se dan las
condiciones para que las personas puedan opinar con autenticidad y sin temor a
ser juzgadas y condenadas por sus opiniones, claro está que expresadas siempre
con respeto y sencillez. La Iglesia debería ser un espacio donde aprendamos a
formular nuestras convicciones de ese modo.
Dentro
del mismo ámbito de tomar la palabra, se encuentra la cuestión de cómo nos
relacionamos con los medios de comunicación, cómo está la Iglesia presente en
ellos, y si comunica su mensaje de manera eficaz; quién habla en nombre de la
comunidad y si esas personas la representan debidamente.
¿Estamos
en un clima de libertad comunicativa, dentro y fuera de nuestras comunidades?
MEDITACIÓN
Imagen Toñi Ortiz |
Maravillosa página.
ResponderEliminarLas tres tres lecturas de hoy muy sugerentes. Gracias.
Somos pequeños y muy frágiles.
La inmensidad: sólo Dios, quien llama a la libertad.