ABRIL 2022

Vivir en el kronos o en el kairós

Recientemente un amigo, hermano Marista, fue invitado a hacer algunos comentarios sobre el mensaje del papa Francisco para la Cuaresma de este año 2022. El título de este mensaje es: «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a). Este título en sí mismo tiene ya bastante contenido para analizar sin entrar al detalle del texto.

Santiago, que así se llama mi amigo, entresacó palabras pilares de este mensaje y sobre ellas fue elaborando sus comentarios. Yo quiero ahora compartir lo que más me inspiró y me llamó a profundizar en este tiempo cuaresmal, pero ante todo, ya de cara a la vivencia de la Pascua.

El papa Francisco en el desarrollo del mensaje nos pone frente al kairós, ese tiempo favorable, ese tiempo propicio, ese tiempo al estilo de Dios en el que deberíamos saber vivir para sembrar el bien. Seguramente todos deseamos hacer el bien, desarrollar nuestra vida de manera productiva y que ayude a nuestro bienser y bienestar y al de los demás.

¿Pero, cómo vivimos nuestro día a día? Estamos inmersos en el mundo que se rige por el kronos, ese tiempo marcado en segundos, minutos, horas, días y que condiciona nuestras actividades. Y en parte, eso es bueno, pues necesitamos tener horarios, saber distribuir nuestro quehacer en el tiempo disponible, ser responsables, puntuales e ir alcanzando metas. Y me pregunto, en este mundo que va a velocidades exorbitantes, que pueden llegar a atropellarnos con tanta actividad, ¿no nos hemos convertido en esclavos del kronos, y hemos perdido la perspectiva del kairós?

Vivir al estilo del kairós, requiere paciencia, saber esperar. Papa Francisco da el ejemplo del campesino que siembra la semilla a su debido tiempo y luego espera a que esa semilla dé fruto. Y pienso entonces, ¿cómo es esa espera? Ha de ser una espera paciente, pero no holgazana, pues hay otras cosas que se pueden hacer mientras se espera, como abonar la tierra y regarla. Sin embargo, también debe ser respetuosa, pues no se puede forzar a que florezca antes de tiempo. Ha de ser entonces un tiempo que se caracteriza por la acción, pero también por la contemplación, por el acompañamiento silencioso y empático.

Y me planteo algo más en esta breve reflexión. Mi vida no es en solitario, mi vida es comunitaria; en mayor o menor grado, lo que hago se desarrolla entre varias personas. ¿Cómo vivir al estilo kairós en mis relaciones humanas en un mundo dominado por el kronos?

Imágen Cortesía de Patricia Castillo Ávila

En el trato con las personas, ¡qué falta nos hace muchas veces saber vivir en el kairós! Ese kairós que es paciente, que valora los aportes de los demás, que es respetuoso de los tiempos de los demás (claro, sin caer en la permisividad de la irresponsabilidad). Y también me cuestiono, así como el kairós me invita a ser paciente hacia afuera y respetar el ciclo natural de los acontecimientos, ¿sé asumir ese kairós hacia adentro de mi ser? Me explico, ¿sé reconocer mis límites para asumir solamente las responsabilidades que podré cumplir apropiadamente, o me desbordo de actividades que voy solo sacando adelante, cumpliendo con el kronos, sin realmente darle esa dedicación merecida al estilo kairós? ¿Sé reconocer con humildad que necesito de los demás para sacar adelante proyectos comunitarios al estilo kairós? ¿He caído en la cuenta de que en los proyectos comunitarios en la perspectiva del kairós estoy invitada a sembrar, pero la cosecha probablemente le corresponde hacerla a alguien más, (o puede ser que en algún momento mi tarea comunitaria sea recoger con humildad la cosecha de lo que alguien más sembró)?

Considero un hermoso itinerario pascual, preparado en Cuaresma, saber equilibrar mi vida entre el kairós y el kronos para poder sembrar el bien en el tiempo oportuno. Y ello solo podemos hacerlo con la mirada puesta en Jesús Resucitado, que nos trae nueva vida, que nos trae la luz que nos llevará en un camino renovado en nuestra fe y esperanza, en donde se nos invita a ir sembrando el bien, hasta el día en que el kronos dejará de existir y viviremos por siempre en el día sin ocaso, en el tiempo de Dios.

Patricia Castillo Ávila

Miembro de la Colegiata de Ntra.Sra. del Cielo

Guatemala



Caminar junt@s



5. Corresponsables en la misión:


El Sínodo nos invita también a reflexionar sobre el alcance de nuestra vivencia de corresponsabilidad en la misión de la Iglesia. Cada persona que sigue a Jesús y decide aceptar la misión de apóstol, participa con los demás de ese envío misionero, que sin embargo nunca es individualista. Siempre vamos enviados y acompañados por el cuerpo eclesial en su totalidad. ¿Cómo nos sostenemos unos a otros en esta esforzada labor? ¿Cómo sostenemos a los misioneros y misioneras en todos los ámbitos? Sintámonos realmente partícipes de esta hermosa responsabilidad compartida.



Meditación


Texto extraído Pliego Tante Bigourdan 114


Estamos en tierra extranjera  - Gemma Manau. Enero 12, 2021


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