NUEVOS PROYECTOS E ILUSIONES
En el caso de los adultos mayores,
cuando se realizan nuevos propósitos para mejorar la vida, se debe tener en
cuenta que dedicaron mucho de su tiempo –como es tradicional- a producir y a
trabajar para sacar adelante a la familia, aún a costa de la salud y del
cuidado necesario. Pues bien, en este momento, los invito a hacer un análisis
de tiempo de vida.
Juan -o Bertha, su servidora- tiene un
promedio de vida familiar, digamos, de 80 años (obteniendo el promedio de sus
vidas del tiempo que han vivido sus padres, hermanos, en fin. Esto no es
completamente real, porque aquí interviene el cómo se han cuidado o cómo hayan
manejado su salud, pero, como sea, es un promedio de vida).
Actualmente, en un caso particular,
para ponerlo como ejemplo directo, consideremos a alguien con 68 años a quien,
como a la suscrita y según el promedio, le quedarían doce años por vivir.
Ahora, la pregunta real es: ¿Cómo nos
gustaría o se debería seguir viviendo esos doce años? ¿Con la misma rutina
actual o cumpliendo esas añoranzas? ¿O cambiar y probar algo nuevo e iniciar
ese proyecto que se haya soñado?
En fin, poniéndonos a pensar solamente
en nosotros, hemos pasado más de cuarenta años pensando en los demás, en
mejorar la vida de todos, anteponiendo muchas veces las propias y legítimas
aspiraciones.
Tenemos que vivir el aquí y el ahora
sin juzgarnos por pensar en nosotras mismas; sin incluir a los demás en
nuestros planes; teniendo en cuenta cómo está nuestro cuerpo, cómo nuestra
salud; pensando qué necesitamos para sentirnos bien; considerando qué planes o
metas diarias o semanales tenemos que proyectar para inyectar ilusiones a
nuestras vidas.
¿Cómo atenderé la salud?
- Bueno, con un chequeo médico. Con exámenes
que exploren nuestro estado real de salud.
- Considerar si está alta el azúcar,
que la presión arterial esté estable y que no padezcamos sobrepeso. En fin,
todo aquello que podamos hacer para mejorar: cuidar la dieta de una manera consciente,
con ilusión de cambio, para mejorar la calidad de vida de estos doce años
“restantes” y que sean vividos con ilusión, no con el “ahí se va” y el que “ya
estamos viejas”.
Hay que inyectar ánimo, cariño e
ilusión, porque esos doce años serán ahora “solo” para nosotras, y los vamos a
dedicar sin que ningún gasto en salud se considere vano. Y, así, iniciaremos un
programa real de atención a lo que realmente vale la pena, el cuidado de la
salud.
Ahora bien, ¿lo que hacemos actualmente
nos ilusiona?: ¿Cómo pasamos la vida; cuánto tiempo en casa frente al televisor
o sentados sin hacer realmente nada? O, por el contrario, si lo que hacemos nos
ilusiona, pensemos en cuáles son realmente nuestros gustos, sin aceptar, ya
más, que no hay posibilidades de cambio.
¿Qué podemos hacer con nuestro tiempo;
qué proyectos nos ilusionaron y los dejamos por falta de ocasión y de mucho
trabajo? Tal vez la jardinería, el diseño de espacios, la costura, etc. Creemos
que aún hay muchas cosas por hacer y compartir con alegría esos momentos.
¿Cuántos amigos o familiares hemos
dejado de ver por falta de tiempo? Propongámonos localizarlos y compartir una
llamada, una visita, un comentario. Demos
una caricia a esas personas que amamos, con palabras de aliento, sin olvidar
que no vamos a componer el mundo de nadie, sino a vivir cada quien su momento
con calidad.
Imagen de Mimi en Pixabay |
¿Hay algo en casa que ya no necesitamos
y que hemos guardado para un mejor momento?, hagámoslo ya mismo, ahora, y sin
guardarnos nada, total, solo quedan doce años y hay que disfrutarlos al máximo,
durmiendo, cansados de tanto vivir el día a día.
Recuperemos esa ilusión con un nuevo paradigma: vivir hoy el resto de nuestros días de la mejor y más fascinante manera.
Los invito a mejorar cada día su
calidad de vida, mejorando todo lo posible y viviendo con ilusión, con metas y
propósitos, sin olvidar, jamás, que el resto de nuestras vidas es lo mejor que
nos puede suceder.
María Bertha Covarrubias Manrique
Médico Geriatra especialista en logoterapia y tanatología
Miembro de la Colegiata de Ntra.Sra. del Cielo
Hermosillo - México
Fuente: Mujer y Poder – Órgano informativo con temas de actualidad y análisis político. Edición Enero 2022
CAMINAR JUNT@S
IX. Discernir y decidir: En un
estilo sinodal se decide por discernimiento, sobre la base de un progresivo
coincidir y entenderse, que nace de la común obediencia al Espíritu.
En el camino hacia una mayor sinodalidad, hay que preguntarnos si
tenemos métodos para discernir junt@s y tomar decisiones, cómo mejorar esos
métodos... ¿Incluimos a todas las personas en las fases de consulta de
este diálogo? ¿Cómo avanzar en co-responsabilidad?
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